Bahia nació en Ausserd (Sahara Occidental) en el año 1960. Sobrino del renombrado poeta saharaui Bahía Uld Awah. Licenciado en Telecomunicaciones (ISP A. G. Linés La Habana, Cuba). Titulado en Formación lingüística y traducción en los Servicios Sociales (Universidad Autónoma de Madrid, España). Postgrado en Traducción e Interpretación en los Servicios Públicos, árabe-hasania-español (Universidad Alcalá de Henares, España) y Máster en Antropología de Orientación Pública (Universidad Autónoma de Madrid, España).
Profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de la Generación de la Amistad Saharaui, entre sus obras más representativas se encuentran textos como Versos refugiados (2007), Literatura del Sahara Occidental. Breve estudio (2008), El porvenir del español en el Sahara Occidental (2009), La maestra que me enseñó en una tabla de madera (2011), El sueño de volver (2012), Cuentos saharauis de mi abuelo (2015), Tiris, rutas literarias (2016) y La entidad política precolonial saharaui (en el ideario de la República Saharaui) (2018).
1. ¿Qué significado personal y social tiene para un saharaui la poesía?
BMA: Nuestro gran referente y poeta nacional, Badi Uld Mohamed Salem, 1936, decía que “la poesía saharaui existió con su rol social mucho antes que nuestra música”. Al mismo tiempo, los primeros versos saharauis escritos en español en los años sesenta, cantaban la tierra saharaui y su libertad. Partiendo de esta afirmación, mi poesía es de un verso comprometido con nuestra cultura y su proceso de liberación nacional. Mi verso no es indiferente, porque clama contra injusticias que están fuera de nuestro proceso, como los problemas de los pueblos, la inmigración, la presencia de la política colonial de la francofonía como lacra aún persistente en nuestro continente africano.
Verbo descolonizado
Alegre de mi verso
y satisfecho de mi voz
descolonizada,
porque no digo “Oui Monsieur”
ni pretendo con artificios
ser lo que no soy.
Refutando la falsa “Liberté, égalité, fraternité”.
Sincero soy en mis principios
de igualdad,
franco en mi apego a la libertad,
con los demás fraterno
y claro en mi descolonizado verbo.
En mi verso no faltan momentos íntimos de reflexión, amor y humanidad. La poesía para un saharaui es una imprescindible herramienta en la educación del individuo que recibe desde sus inicios en la cultura nacional. Enseña la historia, porque es un registro de todos los hechos que han acontecido al pueblo saharaui, cultiva en la oralidad a los hombres y mujeres de la sociedad e inculca el buen comportamiento social de las personas. La poesía es nuestra filosofía cultural, la interpretamos y nos interpreta.
2. ¿Cómo empezó tu recorrido como poeta?, ¿a qué edad?, ¿con qué obras?
BMA: Desde muy temprana edad, diría a los diez años, comencé a memorizar grandes clásicos nacionales que escuchaba recitar a mi madre en sus tertulias con amigos, momentos muy habituales en nuestro hogar. Tuve la suerte de ser educado por una gran literata, mi madre, Jadiyetu Omar. Con ella aprendí el sentido de un verso y la envergadura de su autor. Y desde niño, siendo mi educación bilingüe hasania-español, durante mis estudios del bachillerato sentí la similitud y belleza en los versos escritos en español como en hasania. Viví un proceso de acontecimientos políticos y sociales que me sirvió para rearmarme, expresarme y desahogarme en las circunstancias del destierro, el refugio, el exilio y la diáspora. Comencé a escribir mis primeros versos en español en 1985. “Despejada la oscuridad” fue mi primer poema, corto pero intenso, lleno de ritmo y contundente en su expresión de conciencia política y apego a mi geografía.
3. ¿Cuáles fueron las experiencias personales y sociales que más te marcaron y que tuvieron influencia en tu obra literaria?
BMA: Cuando se escribe, se piensa. Y cuando en algo se piensa es porque hay vida con dolor, injusticia, atropello, amor, desamor. El verso lo escribo partiendo de su rol y eficacia de transmisión en la conciencia de las personas. Es un arma potente por mucho que algunos lo vean como algo ilusorio. Sin el proceso de descolonización que he vivido con mis padres en el Sahara Occidental y posteriormente en el exilio, probablemente no hubiera sido poeta. Este proceso nos marcó a todos los saharauis tanto poetas, escritores, artistas, etc.
Como influencia he leído grandes obras de la Generación del 27 española, también a referentes poetas revolucionarios argelinos del FLN durante su guerra nacional contra Francia. Leí acerca de otros poetas en los que he encontrado similitud de motivación y compromiso con los procesos que vivieron en su época. Y si alguien me pregunta nombres citaría a Mahmud Darwich, Miguel Hernández, García Lorca, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Eduardo Galeano, Antonio Machado o Mario Benedetti.
4. Escribir en castellano para ti debe suponer adoptar la cultura hispánica, con sus luces y sus sombras, para expresar sentimientos y realidades saharauis, ¿Cómo se produce esta traducción sentimental?, ¿qué dificultades encuentras?, ¿qué elementos culturales facilitan tu labor?
BMA: El español para nosotros es el segundo idioma después de nuestra lengua africana, hasania. El español es el único y mejor legado lingüístico que nos ha dejado la metrópoli tras los cien años de dominio. Lo hemos incorporado a nuestra cultura como lengua franca y de resistencia para proyectar nuestra causa a los más de 500 millones de hispanos. Mi poesía se pronuncia con nombres de flores, arbustos, acacias, dunas, lluvias, parto de camellas, mesetas y nombres de montes propios solo del Sahara Occidental. No he adoptado luces ni sombras prestadas de la lengua española para expresar mis sentimientos, sino que he alimentado el verbo castellano con mi realidad cultural saharaui, y esto es sano y un buen aporte a la diversidad de esta lengua universal.
Nunca lo hemos considerado lengua de imposición colonial como sucedió con el francés en Senegal, que destruyó todas las lenguas maternas del país, como también hizo en otras partes. A nosotros nunca nos pasará este apocalíptico error histórico que persigue hasta la tumba a Léopold Sédar Senghor. Marruecos al ocupar parte de nuestro territorio eliminó el español e impuso la política de la francofonía que practica como estrategia de culturicidio en la región. Los saharauis en la parte ocupada dan a sus hijos clases clandestinas de español y hasania en sus propias casas, porque el régimen sólo le impone su dialecto, la dariya marroquí y la lengua francesa. Una política que pretende borrar nuestra historia como excolonia española y cultura diferente a la marroquí y al mundo árabe en general. Pero resistimos al culturicidio que nos intenta imponer el ocupante para confundir nuestra identidad y convertirla como parte de la suya, apropiándose de ella.
En esta labor creo que no tendremos dificultades mientras pensemos en dos francas lenguas que han convivido durante un siglo, hasania y el castellano. El escritor argelino, Kateb Yacine de la época de revolución del FLN en tal contexto decía “Escribo y hablo en francés para decirle a los franceses que no soy francés”. Los saharauis somos una cultura afro-árabe-senhaya influida por un siglo de convivencia con la cultura y lengua hispana. Y mientras haya una revolución cultural, política de identidad y patria, siempre seguirá fluyendo el verso comprometido escrito o compuesto en las dos lenguas.
5. En tu opinión, ¿Cuáles son los aportes más importantes de la cultura saharaui a la hispánica y cómo se han producido dichos aportes?
BMA: Estos aportes, cuando son investigados y estudiados, se tienen en cuenta las escuelas de pensamiento, sus representantes y los fondos de registro producidos en diferentes épocas como auges literarios. Estos factores evidentemente se dieron y se están dando en la historia del Sahara Occidental. Y por citar los más relevantes, está la “Generación del 73 Saharaui”, que produjo las primeras obras en literatura española-saharaui que sirvió como embrión para las sucesivas dos generaciones de poetas y escritores en lengua española. Es el caso de la “Generación del exilio”, convertida en los años setenta y ochenta en el motor principal para el mantenimiento y enseñanza de la lengua española en la República Saharaui, y campos de refugiados en Tinduf. Y por último la Generación de la Amistad Saharaui" con más de una veintena de obras publicadas, con diferencia la generación que más frutos ha producido. Tres escuelas literarias saharauis consideradas como un claro aporte a la literatura y lengua hispana en todo el mundo. La Generación de la Amistad ha originado importantes obras de poesía, ensayo, teatro, antropología, narrativa e historia del Sahara Occidental como aporte a la enciclopedia de la lengua española y como parte integrante de la familia afrohispana.
6. Si tuvieses que personificar a la poesía saharaui, ¿qué rostros le pondrías?, ¿de qué autores y autoras?, ¿por qué?
BMA: En sus dos escuelas, hasania y español, destacaría varios autores de diferentes épocas. Durante el periodo colonial, citaría a los clásicos como Badi Mohamed Salem, Salama Uld Eydud, Yedehlu Uld Esid, Beibuh Uld El Hach, Bachir Uld Ali, Ljadra Mabruc y Jadiyetu Aleyat, entre otros. Y de la escuela literaria que produjo en español, se trata de citar las tres generaciones sin diferenciar entre ambas. Generación del 73, Generación del Exilio y la Generación de la Amistad. Cada una de estas escuelas surgió en circunstancias especiales. Pero el contenido de su verso es de común denominador, la patria saharaui y sus procesos sociales y políticos.
7. La imagen de madre, mujer y maestra que reflejas en tus obras son muy importantes no sólo para conocer más de tu experiencia personal, sino para profundizar en la imagen que tiene el pueblo saharaui de sus mujeres y de sus luchas cotidianas. ¿Cuál piensas que es el rol actual de la mujer saharaui en los territorios ocupados, en los campamentos, en los territorios liberados y en la diáspora?
BMA: Es por su carácter de mujer afro-arabe-senhaya que no ha aceptado ser sometida por el trasnochado patriarcado como pasa en algunas partes del mundo árabe. La mujer saharaui tiene sus cualidades específicas porque su sociedad la reconoce como actor válido, sin ella el hombre no puede desempañar su misión social ni política. El libro “La maestra que me enseñó en una tabla de madera” nos aclara esa capacidad y peculiaridad de la mujer saharaui en su sociedad.
Y si buscamos más ejemplos tenemos la mujer saharaui que vive bajo la ocupación marroquí en las ciudades de Dajla, El Aaiun, Smara o Bojador. Y aquí suenan muchos nombres como Sukeina Yedehlu, Aminetu Haidar, Galia Djimi, Sultana Jaya, Leila Lili y muchas más. La mujer saharaui en general tiene los mismos nombres de las citadas tanto en los territorios liberados, campos de refugiados, diáspora, como en los territorios ocupados.
8. La construcción de la identidad saharaui es un componente clave en el proceso de segunda independencia de la RASD. En las actuales circunstancias del conflicto con Marruecos, ¿cuáles piensas que son los retos para el gobierno y el pueblo de la RASD?, ¿Qué nos toca hacer a los que nos encontramos en la diáspora?
BMA: En este contexto aconsejo recordar el pensamiento de la obra del martiquinés-argelino, Frantz Fanon, “Los condenados de la tierra”, cuando afirmaba que “Cada generación en su relativa opacidad debe descubrir su misión, cumplirla o traicionarla”. La República Saharaui y el Frente Polisario son fruto de una histórica generación que desde sus inicios estuvo convencida de su rol en el proceso de descolonización del Sahara Occidental dentro de la historia africana. El posterior devenir que ha ido conociendo el territorio es producto de un proceso de descolonización no concluido del que todas estas generaciones son responsables en su total liquidación. Todo proceso de cualquier índole tiene su principio y tiene su fin. La naturaleza no admite el vacío como tampoco lo admite la política de descolonización. Llegará ese soñado día por los saharauis y los amantes de la justicia y la paz. Y ni una causa justa se pierde cuando tras ella hay un valedor.